Slash y las drogas: su batalla mortal, excesos y milagrosa recuperación

Descubre la impactante historia de Slash, el legendario guitarrista de Guns N’ Roses. Desde sus excesos con las drogas y experiencias cercanas a la muerte hasta su increíble recuperación y éxito actual.

HISTORIA

3/1/20253 min leer

El tortuoso camino de Slash con las drogas: caídas, excesos y redención

Saul Hudson, mejor conocido como Slash, es una de las leyendas más icónicas del rock. Su estilo inconfundible con la guitarra, su imagen con el sombrero de copa y su rol clave en Guns N’ Roses lo convirtieron en un referente absoluto del género. Sin embargo, detrás de su éxito, Slash libró una dura batalla contra las drogas y el alcohol, un camino marcado por excesos, intentos fallidos de rehabilitación y momentos críticos que casi le cuestan la vida.

Los inicios en las adicciones

Desde muy joven, Slash estuvo rodeado por el mundo del rock y sus excesos. Creció en un entorno artístico en Los Ángeles, donde su madre, diseñadora de vestuario de estrellas del rock, y su padre, un director artístico, lo expusieron al ambiente de la música desde pequeño. En su adolescencia, comenzó a consumir alcohol y marihuana, pero su verdadera caída en las drogas comenzó con Guns N’ Roses.

Cuando la banda alcanzó la fama con Appetite for Destruction (1987), Slash se sumergió por completo en el consumo de heroína y cocaína. En entrevistas ha reconocido que en esos años vivía en un estado de constante intoxicación, llegando a desarrollar una peligrosa dependencia. Las giras con la banda se convirtieron en una espiral de excesos, donde las drogas y el alcohol eran parte del día a día. En numerosas ocasiones, Slash llegó al escenario completamente drogado o ebrio, y aunque su talento nunca dejó de brillar, su salud y estabilidad mental se vieron gravemente afectadas.

Intentos fallidos y experiencias cercanas a la muerte

Durante los años 90, Slash tuvo varios intentos de rehabilitación, pero recaía una y otra vez. Su adicción lo llevó a situaciones extremas, como la vez que sufrió un paro cardíaco en 1992 tras una sobredosis de heroína en un hotel. Fue declarado clínicamente muerto durante varios minutos antes de ser reanimado por los paramédicos. Este episodio, aunque impactante, no fue suficiente para que Slash dejara las drogas. Continuó consumiendo y su salud se deterioró aún más.

El abuso prolongado de sustancias le generó problemas físicos severos. Comenzó a perder peso drásticamente, su piel adquirió un tono enfermizo y sus episodios de paranoia se hicieron cada vez más frecuentes. En una ocasión, Slash llegó a creer que unos monstruos lo perseguían por un hotel, lo que lo llevó a encerrarse en una habitación y destrozar parte del mobiliario en un ataque de pánico inducido por la droga.

En 2001, los médicos le diagnosticaron una miocardiopatía provocada por el abuso de sustancias. Su corazón estaba tan dañado que le dieron solo unas semanas de vida si no cambiaba sus hábitos. Este diagnóstico fue un punto de inflexión en su vida. Se le implantó un desfibrilador en el pecho y, con el apoyo de su esposa y su círculo más cercano, tomó la decisión de someterse a una rehabilitación seria.

El camino hacia la sobriedad y su actualidad

Desde 2006, Slash ha permanecido sobrio y ha reconstruido su vida personal y profesional. Su carrera siguió en ascenso con Velvet Revolver, su banda en solitario y el esperado regreso a Guns N’ Roses en 2016. A diferencia de su juventud, ahora lleva una vida mucho más saludable. En entrevistas ha mencionado que reemplazó sus antiguas adicciones por el ejercicio, la música y la pintura, lo que le ha permitido mantenerse alejado de las drogas y el alcohol.

En sus memorias, Slash (2007), el guitarrista relata con crudeza sus años de adicción y cómo estuvo al borde de la muerte en múltiples ocasiones. También ha hablado sobre la importancia del apoyo de su familia y amigos en su proceso de recuperación. Aunque todavía enfrenta la tentación en algunos entornos del rock, ha aprendido a manejar esas situaciones y a mantenerse enfocado en su pasión: la música.

Hoy en día, Slash es un ejemplo de superación dentro del mundo del rock. A pesar de su oscuro pasado, ha logrado mantenerse firme y continuar su legado como uno de los mejores guitarristas de la historia. Su historia es un recordatorio de los peligros de los excesos, pero también de la posibilidad de redención y de una segunda oportunidad.

Con cada nuevo proyecto, ya sea con Guns N’ Roses, con Myles Kennedy & The Conspirators o en sus colaboraciones con otros artistas, Slash demuestra que la verdadera grandeza no solo se mide en talento, sino también en la capacidad de reinventarse y sobrevivir a los peores momentos. Su camino no ha sido fácil, pero hoy es una prueba viviente de que, incluso en el mundo del rock and roll, es posible vencer a los demonios internos y seguir adelante.