Metallica en Declive: Críticas, Fallos en Directo y Discos Mediocres

Descubre por qué Metallica enfrenta duras críticas: Lars Ulrich fuera de ritmo, solos de Hammett con exceso de wah-wah y directos irregulares. ¿Siguen siendo los reyes del metal?

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2/22/20253 min leer

Metallica en la Cuerda Floja: ¿Gloria Pasada o Simple Sobrevaloración?

Metallica, la banda que alguna vez fue el epítome del metal pesado, sigue llenando estadios y vendiendo discos como si todavía fuera 1986. Sin embargo, en los últimos años han sido objeto de duras críticas por parte de fans y expertos. ¿Son realmente la banda más grande del metal o solo viven de su nombre y la nostalgia de sus seguidores más acérrimos? Vamos a desgranar los golpes más contundentes que han recibido en la última década.

1. Lars Ulrich: ¿El Peor Baterista del Metal?

Si hay un punto en el que casi todo el mundo está de acuerdo es en la mediocridad de Lars Ulrich. En su día, era un baterista cumplidor, pero hoy su desempeño en directo es poco menos que desastroso. Su tendencia a tocar fuera de tiempo y olvidar partes de sus propias canciones es legendaria. Los vídeos de YouTube con recopilaciones de sus fallos abundan, y la comunidad metalera los disfruta casi tanto como "Master of Puppets". Mientras bateristas como Dave Lombardo o Mike Portnoy siguen demostrando su virtuosismo, Lars se contenta con ritmos básicos y fills torpes que hacen preguntarse si de verdad ensaya antes de los conciertos.

2. Kirk Hammett y el Wah-Wah: Un Romance Eterno

Lo de Kirk Hammett con el pedal wah-wah es una historia de amor más duradera que muchas relaciones humanas. No importa la canción ni el contexto, el tipo tiene que meter el dichoso efecto hasta en los riffs de fondo. La falta de creatividad en sus solos ha sido objeto de burla en múltiples ocasiones, con fans y críticos señalando que, en lugar de innovar, simplemente pisa el pedal y deja que el efecto haga el trabajo por él. Es como si hubiera olvidado que la guitarra tiene más recursos aparte del wah-wah. ¿Genio incomprendido o simplemente vago?

3. James Hetfield: La Voz del Pasado

Si bien Hetfield sigue siendo un frontman carismático, su voz ha perdido muchísima potencia con los años. Su característico "Yeah!" sigue ahí, pero su capacidad para cantar con agresividad y melodía al mismo tiempo ha disminuido drásticamente. Es evidente en temas de los últimos discos, donde sus líneas vocales se sienten planas y carentes de la energía que tenía en la época dorada de la banda. No es culpa suya del todo, pero eso no cambia el hecho de que escuchar ciertas canciones en vivo es una experiencia agridulce para los fans de la vieja escuela.

4. "72 Seasons" y la Falta de Inspiración

El último álbum de Metallica, 72 Seasons, ha sido recibido con sentimientos encontrados. Si bien algunos lo consideran una mejora con respecto a Hardwired… to Self-Destruct, la mayoría de críticas apuntan a que es un disco inflado, con canciones demasiado largas y sin mucho contenido memorable. La banda parece incapaz de editarse a sí misma, alargando los temas innecesariamente en un intento de recuperar la épica de sus mejores épocas. El resultado: un disco que se siente más como un deber cumplido que como una obra de inspiración genuina.

5. Directos Irregulares y la Falta de Precisión

Metallica sigue siendo una bestia en vivo, pero no por la calidad de su ejecución, sino por la magnitud del espectáculo. Sin embargo, en los últimos años se ha vuelto cada vez más evidente que la banda depende demasiado de la energía del público para ocultar sus fallos técnicos. Hetfield se equivoca en las letras, Lars pierde el ritmo constantemente y Hammett... bueno, Hammett sigue luchando con sus solos como si fuera un novato en una banda tributo.

¿Fin de una Era?

No hay duda de que Metallica seguirá llenando estadios y vendiendo millones de discos, pero la pregunta es: ¿siguen siendo la banda que alguna vez revolucionó el metal o solo viven del prestigio de su pasado? Para algunos, son intocables; para otros, una versión descafeinada de lo que alguna vez fueron.

Lo que está claro es que las críticas no les importan demasiado mientras sigan vendiendo entradas a precios astronómicos. ¿Pero hasta cuándo podrá Metallica seguir surfeando la ola de su propio legado sin que la realidad los alcance?