Duff McKagan y su batalla contra las drogas: del exceso a la redención

Descubre la impactante historia de Duff McKagan, el legendario bajista de Guns N’ Roses. De los excesos con el alcohol y las drogas a su sorprendente recuperación y éxito actual.

HISTORIA

3/1/20253 min leer

El infierno de Duff McKagan con las drogas: caída, crisis y resurrección

Michael Andrew McKagan, mejor conocido como Duff McKagan, es uno de los bajistas más influyentes del rock, reconocido por su trabajo con Guns N’ Roses y Velvet Revolver. Sin embargo, más allá de su éxito musical, Duff vivió una de las historias más oscuras de adicción y autodestrucción dentro del mundo del rock. Durante años, se sumergió en un estilo de vida marcado por el alcohol, las drogas y el exceso, hasta que su cuerpo dijo basta. Su recuperación es una historia de lucha y transformación que lo llevó a reinventarse y a encontrar un nuevo propósito en la vida.

Los inicios en las adicciones

Duff creció en Seattle, en una familia numerosa y con una fuerte influencia musical. Desde joven estuvo rodeado de la escena punk y rock, donde el consumo de drogas y alcohol era habitual. Su llegada a Los Ángeles en los años 80 para unirse a Guns N’ Roses lo expuso aún más a ese estilo de vida desenfrenado. La banda, famosa por su actitud rebelde y su imagen de chicos malos, vivía constantemente entre el caos y la autodestrucción.

El alcohol fue la primera gran adicción de Duff. Bebía en cantidades descontroladas, llegando a consumir más de un litro de vodka al día. Además, comenzó a experimentar con drogas como la cocaína y la heroína, lo que lo llevó a un estado de deterioro físico y mental preocupante. A pesar de que su talento y carisma lo mantenían en la cima, su vida personal era un desastre total.

El colapso y la crisis de salud

A mediados de los años 90, la salud de Duff estaba al borde del colapso. Su hígado y su páncreas estaban gravemente dañados debido al abuso del alcohol. En 1994, sufrió una pancreatitis aguda que casi le cuesta la vida. El dolor era insoportable y los médicos le advirtieron que, si no dejaba de beber, no sobreviviría mucho tiempo. Este fue el punto de inflexión para el bajista.

El miedo a la muerte y la necesidad de un cambio real lo llevaron a tomar una decisión radical: dejar el alcohol y las drogas por completo. A diferencia de muchos otros músicos, que pasan años en rehabilitación con recaídas constantes, Duff logró salir del infierno de la adicción sin ingresar a un centro de rehabilitación. En su lugar, encontró un nuevo refugio en el ejercicio físico y las artes marciales, disciplinas que lo ayudaron a canalizar su energía y a reconstruir su cuerpo.

Reinvención y éxito fuera de la música

Tras superar su adicción, Duff decidió expandir sus horizontes más allá de la música. Se inscribió en la Universidad de Seattle para estudiar finanzas, una decisión poco común para un rockero, pero que le permitió recuperar el control de su vida. Aprendió a manejar sus propias finanzas y más tarde fundó una firma de asesoría financiera para ayudar a otros músicos a administrar su dinero y evitar los errores que él cometió en su juventud.

A nivel musical, su recuperación le permitió seguir explorando nuevos proyectos. Se convirtió en un miembro clave de Velvet Revolver, junto a Slash y Scott Weiland, y más adelante, en 2016, regresó triunfalmente a Guns N’ Roses en su histórica reunión con Axl Rose y Slash. A lo largo de los años, también ha trabajado en diversos proyectos en solitario y ha escrito libros, como It’s So Easy (and Other Lies), donde detalla su lucha contra la adicción y su camino hacia la sobriedad.

Duff McKagan hoy: un ejemplo de superación

Actualmente, Duff McKagan es una de las historias de recuperación más exitosas dentro del rock. Se ha mantenido sobrio desde mediados de los 90 y ha encontrado en la familia, el deporte y la educación financiera sus pilares fundamentales. A diferencia de muchos de sus contemporáneos que sucumbieron a los excesos, Duff logró resurgir y demostrar que hay una vida después de la autodestrucción.

Hoy en día, sigue activo en la música, inspirando a nuevas generaciones de músicos y fanáticos. Su historia es un testimonio de que, incluso en el mundo del rock and roll, es posible dejar atrás los demonios del pasado y reinventarse para vivir una vida plena y saludable.